El guacamayo es una psitácida con unas tonalidades vivaces y muy expresivas que no pasan
desapercibidas ante nuestros ojos. Además, la inteligencia que trasmite este
ave con la mirada, sus increíbles malabarismos y su gran tranquilidad son los
componentes perfectos para que se convierta sin darte cuenta en un miembro más
de la familia.
El Rosado es
la especie más popular como mascota, pero cualquiera de estos pájaros es muy manejable e ideal para convertirse en tu animal
de compañía. Por otro lado, su facilidad para aprender y sus originales
costumbres te permitirán pasar momentos divertidos e inolvidables .
Hace muchos, muchos años¿
Las
aves exóticas son conocidas desde hace muchos años por su atractivo
visual debido a que fueron utilizadas como
animal de competencia en diferentes civilizaciones. Asimismo, cuando nos
referimos a ellas como mascotas, es preciso apuntar que fueron las primeras en ser domesticadas como animal de compañía, incluso antes que los
perros.
El origen de
los guacamayos está directamente relacionado con los indígenas que ocupaban las
tierras próximas a los bosques del norte de Sudamérica. Estos nativos estaban gobernados
por los Incas y
se dedicaban a la cría de unos loros muy particulares que más tarde fueron
conocidos como guacamayos. Estos animales aportaban una nota de alegría con su
hermoso y vistoso plumaje. Ya en esa época intentaban imitar
el lenguaje de
sus dueños.
Cuando los
indígenas acudían a clases de enseñanza, asistían con estas vistosas aves, las
cuales, con la repetición de palabras, aprendieron el lenguaje de la región. A
partir de ese momento, se les consideraba superiores al resto de los animales y, para alardear de la sabiduría de
estas psitácidas, se hacían competiciones de inteligencia entre las diferentes
comarcas.
Alimentación muy sana
La comida preferida de los guacamayos es la fruta y las semillas. Si estos alimentos no se encuentran a su alcance
en su hábitat salvaje, tienden a desplazarse hacia los terrenos labrados para
ir en busca y captura de maíz y otros cultivos. En los bosques suelen
alimentarse también de insectos, ya que cuando se posan en un árbol, mordisquean
la madera para propiciar la salida de los parásitos que allí habitan.
En
cautividad se ha comprobado que se adaptan muy pronto a las pepitas
de girasol y al
pan con mantequilla, pero además conviene introducir en sus dietas alimenticias
mucha verdura. No tienen inconveniente en probar nuevos alimentos como los
frutos secos, ya que si nos referimos a especies grandes, te agradecerán que
les proporcionesnueces,
almendras y avellanas, no sólo por su sabor, sino porque se
divierten mucho quitándoles las cáscaras.
En la naturaleza
Los guacamayos suelen ir siempre en bandada de un
sitio a otro. Este hábito se debe a la necesidad de chillar en coro, ya que
provocan una gran algarabía cuando están en grupo
acicalándose, comiendo o
tomando el sol. Sólo permanecen callados cuando están criando a los pequeños.
La mayoría
de estas aves habitan en los huecos de los árboles.
Suelen anidar en parejas o en grupos que, muchas veces, superan la docena. Es
ahí donde las hembras ponen un máximo de dos o tres huevos por gestación. Una
vez terminada la puesta, se muestran muy agresivos ante cualquiera que se
aproxime a su nido.
Por las
mañanas, nada más amanecer, abandonan su nido y se reúnen con sus semejantes en un
árbol. Permanecen en ese lugar durante mucho tiempo, hasta que el hambre les
obliga a desplazarse a por comida.
Unas crías muy singulares
Cuando los guacamayos salen del cascarón son ciegos y están desprovistos de plumaje, que comienza a brotar a la semana. Es en ese
momento cuando los polluelos empiezan a abrir los ojos y se les oscurece el
pico.
Las plumas
comienzan a aparecer en la espalda y posteriormente en la cola, en la cabeza y
en el resto del cuerpo. Cuando han transcurrido unas diez semanas, podremos ver
el plumaje completo de esta pequeña psitácida, pero su lugar de nacimiento no
lo abandonará hasta que pasen unas trece semanas.
El sexo del
guacamayo no es fácil de diferenciar ya que, tanto macho como hembra, se suelen
presentar con las mismas características. El rápido endurecimiento
del pico, le aporta una fuerza tal que es capaz de cortar el
dedo de una persona si se pone nervioso o muy furioso. Sus articulaciones les
permiten trepar por los troncos de los árboles, ya que dos de sus dedos están
en la parte delantera y los otros dos, en la parte trasera.
La amenaza de la extinción
La caza indiscriminada de estos exóticos animales
los ha convertido en aves en peligro de extinción. Los coleccionistas y contrabandistas buscan los
lugares más propensos de reunión de los guacamayos para cazarlos al por mayor.
La cacería es mucho más fácil cuando hablamos de estas lindas psitácidas, ya
que se desplazan continuamente en grupo.
La población
de los guacamayos ha mermado considerablemente debido a la destrucción de la
mayor parte del territorio selvático donde habitan. Las consecuencias son
graves: muchas variedades de guacamayos han sido vistas por última vez hace
muchos años y otros muchos, son cada vez más escasos, como por ejemplo la
variedad Azul.
Aves tan
coloridas como éstas, alegran los paisajes de muchas ciudades además de nuestras
viviendas. Es muy importante incentivar su reproducción, ya que de lo
contrario, sus plumajes dejarán de estar presentes en nuestras vidas. El
guacamayo no sólo es un loro, sino que además se trata de un animal inteligente
y muy vivaz, perfecto como animal de compañía.
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