Los agapornis
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Información sobre
los agapornis
Desde las costas boscosas de las Islas de Madagascar hasta
las llanuras de Sudáfrica y norte de Etiopía, dominan las nueve especies de
Agapornis , cada una habitando en su área geográfica. Los agapornis son loros.
Sus características genéticas como un pico encorvado, dos dedos hacia adelante
y dos hacia atrás, son características del grupo Psittacidae. Como son loros,
tiene la habilidad de hacer mímicas y emitir sonidos imitando el dialecto
humano, aunque no son tan habilidosas en este sentido como las Cotorras Grises
o las Cotorras del Amazonas.
La especie Agapornis comprende nueve genéticamente y
geográficamente diferentes especies. Las características generales de la
especie son cuerpo pequeño, cola colorida de corta dimensión y un pico
encorvado que es algo largo en proporción con el cuerpo. Ocho de las nueve
especies provienen de la parte continental de África, y la novena de la Isla de
Madagascar al este de las costas africanas.
Las nueve especies están separadas geográficamente. Las
regiones donde cada especie habita están bien definidas y enmarcadas. Es por
esto que las distintas especies no deben ser mezcladas al criar. La mezcla de
las especies en estado natural conduciría a la degeneración de las especies
originales, arriesgando la conservación y perduración del Agaporni. Creando
híbridos que no pertenecen a ninguna especie, atentaría contra las reglas de
exportación de especímenes criados en condiciones naturales.
Los primeros Agapornis fueron traídos a Europa en el siglo
18 cuando la explotación de los Africanos por los Europeos estaba en su apogeo.
Los Europeos quedaron maravillados por el colorido de estas hermosas aves, y
empezaron su exportación hacia el viejo continente.
El agaporni, también llamado
'inseparable' (por su monogamia) y 'pájaro o lorito del amor', es un ave que
llama la atención por el llamativo colorido
de su plumaje. Podemos encontrar bellos ejemplares a partir de los 10
centímetros de altura y una de las características de su morfología más
apreciada es su pico. La
orden a la que pertenece es la de los Psitaciformes y pueden llegar a desarrollar la capacidad deemitir sonidos por imitación, pero no
de hablar tal y como lo harían sus parientes los loros.
A su increíble belleza se le une un carácter vivaz, alegre, cariñoso, sociable y juguetón.
A su increíble belleza se le une un carácter vivaz, alegre, cariñoso, sociable y juguetón.
La versatilidad de sus patas hace que los agapornis puedan
utilizarlas indistintamente como pies y como manos, por eso no es de extrañar
que las utilicen, además de su pico, para alimentarse y también para andar por
la jaula. Lalongevidad de
los pájaros del amor es bastante alta, llegando a cumplir quince años los
ejemplares que han sido cuidados a conciencia evitando enfermedades. Uno de los
problemas que presentan es, a la hora de la reproducción, la diferenciación de sexos, aspecto que dejaremos en
manos de expertos.
La casa del agaporni
Hay que tener muy presente que se trata de aves exóticas
procedentes de las zonas tropicales africanas y, por tanto, acostumbradas a
otro tipo de hábitat muy diferente al de una vivienda. No obstante, suelen
aceptar sin problemas la cotidianeidad. Además, es preferible que haya pasado
un mes y medio desde su nacimiento para que así puedan comer por sí mismos. La jaula debe
tener una anchura de 60 centímetros en adelante y tenemos que olvidarnos de la
coexistencia con otras aves como canarios o periquitos puesto que no admiten la convivencia
con especies diferentes. Es vital que la
'casa' del nuestro amigo alado se airee y no esté expuesta a malos olores.
El material de la jaula deberá ser
preferiblemente metálico, puesto que las maderas pueden albergar con el tiempo
restos de comida o suciedad de los excrementos que pueden desarrollar
enfermedades que afectarían a nuestro pequeño amigo. Cuidaremos también su ubicación debido a las
temperaturas extremas y a los posibles cambios en la misma. Además no la
dejaremos al alcance de otras mascotas que tengamos en nuestro hogar, como
perros o gatos. Durante el día pondremos la jaula al sol indirecto un rato,
mientras que por la noche protegeremos a nuestro agaporni cubriendo la jaula
con una tela que evite las corrientes de aire nocturnas y la visita de
mosquitos.
En cuanto al 'mobiliario de la casa' de este simpático lorito,
deberemos colocar varios elementos para que la mascota pase su cautividad de la
mejor manera posible. Tenemos que armar la jaula con perchas donde los agapornis
puedan apoyar sus patas, saltar de una a otra, asegurándonos de la higiene y
buen estado para evitar parásitos e infecciones, por eso no dudaremos en usar
cepillos y desinfectantes que nos faciliten la labor de la limpieza. Cuidaremos
mucho de losbebederos, que
contarán siempre con agua potable; comederos, donde el alimento nunca será
escaso, y un pequeño rincón para que el pájaro pueda asearse a modo de bañera.
Un dieta equilibrada
Las semillas son el alimento por excelencia de los pájaros,
constituyendo un menú perfecto las de avena, alpiste, girasol e, incluso, una
mezcla de las mismas. Pero para completar la dieta de esta simpática ave, nada
mejor que darle de vez en cuando alguna fruta,
como manzana, o verduras como la zanahoria. Deberemos lavar bien este tipo de
comida y dársela en trozos pequeños para que no se atragante. En cuanto al calcio, se descartan los alimentos lácteos, puesto que un
exceso de los mismos puede generar desde la pérdida de las plumas hasta el
fallecimiento del agaporni, por eso recurriremos al hueso de jibia y también a
las papillas a base de huevo, que fortalecen notablemente a los agapornis en su
crecimiento.
Una familia muy numerosa
El agaporni es un animal del que se cuentan más de 300
especies diferentes, pero la mayoría de las clasificaciones contemplan como las
más conocidas las siguientes:
* Agaporni Fischer (15 cm.), cuyo origen está en las
cercanías del gran lago africano Victoria. Su alimentación, a parte de las
recurrentes semillas, admite también algunas verduras y frutas. El ejemplar
femenino es un poco más grande que el masculino. Su colores básicos son:
abdomen amarillo, plumas verdes y cuello y frente anaranjado. Su longevidad
alcanza los ocho años. En cuanto a la reproducción, no tiene problemas en la
cautividad, llegando a nacer hasta cinco polluelos que son independientes tras
un mes y medio aproximadamente.
* Agaporni Roseicollis (de 15 a 17 cm.), es un ejemplar
que gusta mucho de semillas como girasol avena, mijo y, por supuesto, alpiste.
La tonalidad de su cuerpo es verde, pero también se aprecia un cuello rosa y
plumas rojas. Un híbrido de esta especie presenta cuello rojo y cuerpo de color
amarillo. La cría se lleva a cabo sin ningún tipo de problema con una
incubación de unos 23 días.
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* Agaporni Cana (13 cm.), que hunde sus raíces en Madagascar.
Es muy famoso por su cabeza grisácea y por el color verde de las hembras. Un
dato curioso que destaca de su reproducción es que la época de cría es el
invierno en occidente, para adecuarlo a su lugar originario en el hemisferio
sur. Su dieta se compone también de frutas, verduras y abundantes semillas. Se
convertirá en una agradable compañía durante un periodo de hasta ocho años.
* Agaporni Taranta o de Abisinia (17 cm.), quizá la especie más
común dentro de los adorables pájaros del amor. Coincide en la línea de la
monogamia y de la reproducción general del resto de sus 'parientes'. Su desarrollo
será perfecto si consideramos en su alimentación diaria las semillas más
comunes y también alguna fruta o verdura extra. Su cuerpo es verde y su frente
presenta una tonalidad media entre el salmón y el rosa.
Reproducción
A pesar de que podemos aumentar la familia de nuestro agaporni
a partir del primer trimestre de vida, los expertos recomiendan como fecha
óptima para el comienzo de la reproducción el año de vida. Tendremos que preparar nidos artificiales y para ello nos ayudaremos de los materiales que nos
proporcionan las tiendas de animales, dejando aconsejarnos por ellos.
La puesta de la hembra deriva automáticamente en la
incubación de los huevos cuyo número puede llegar a alcanzar ocho, a los que la
futura mamá dará calor hasta su eclosión tras una media de 25 días. El plumaje
con el que nacen los pequeños agapornis se va perdiendo y el definitivo
comienza a dejarse notar a partir de la cuatro primeras semanas de vida.
Si quieres disfrutar de las bellas tonalidades de un pájaro
de reducidas dimensiones, nada mejor que elegir al agaporni como compañero. Sus
alegres trinos te divertirán durante mucho tiempo siempre y cuando le
proporciones todos los cuidados necesarios para que permanezca sano y en las
mejores condiciones.